jueves, 16 de mayo de 2013

Quizás para otro momento.


La vida esta llena de recuerdos convertidos en objetos y personas,
a veces nos olvidamos de aquel peluche que tanto nos gustaba de bebés,
si, ese que nos regaló el abuelo antes de morir,
olvidamos el peluche, pero no al abuelo.
Y cuando un día bajamos al garaje y abrimos la caseta para buscar la bicicleta,
nos encontramos con el peluche;
un hipopótamo verde con la tripa rosa lleno de polvo,
lo cogemos y nos trasladamos a ese recuerdo.

Algo así me pasa a mi cuando veo una foto tuya,
tu eres el peluche,
el sentimiento del momento es el abuelo,
un sentimiento muerto pero al que quiero por encima de todo.


                                                       
                                                                                        Firmado: Un pecado.



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