sábado, 9 de marzo de 2013

¿Sabéis por que nadie lleva sus cámaras a una noche de fiesta?

Cuando veo una persona corriendo en chandal una tarde soleada, un joven paseando a su perro, una madre abrazando a su hijo, una pareja durmiendo en el césped, un niño escuchando música mientras va sentado en el autobús y demás actividades que el ser humano utiliza para evadirse de la realidad, me dan ganas de fotografiarlo.

A simple vista son cosas insignificantes en las que nadie se fija, pero yo si.
Nunca me he considerado una persona curiosa, pero en cuanto a imágenes hago todo lo posible, no para impresionar a quienes las vean, si no para impresionarme a mi misma con mi trabajo y de ese modo superarme.

Lamentablemente, el mundo del arte está muy infravalorado, sea con la fotografía, con la pintura, con la escultura, con la música, con la escritura...la gente siempre lo ve como una tontería.

Últimamente, vale más tener una carrera de medicina que una cámara de fotos, un pincel, una espátula, una guitarra, una buena voz o un simple lápiz; pero es bien cierto que a todos los grandes artistas sus seres queridos les presionaban para cursar una carrera que diera dinero, de lo que nadie se da cuenta es de que hoy en día ya hay muchos medicos, muchos abogados, muchos profesores, muchos informáticos, pero... ¿imaginación?

Para muchos informáticos una manzana mordida supuso tanto esfuerzo que se ponen una barrera y estudian solo para trabajar en la empresa Apple o para una universidad conocida, en cambio, ¿un escritor estudia literatura con el fin de trabajar para un periódico?, ¿un pintor, escultor o fotografo estudia bellas artes con el fin de trabajar en una gran imprenta, en Marvel dibujando viñetas o haciendo al presidente de los Estados Unidos sobre una piedra?, ¿y un musico? ¿aprende a tocar un instrumento para ser tan famoso como Kurt Cobain o Amy Winehouse, ganar fama y morir de sobredosis? No, la gente con personalidad y una cabeza bien amueblada, -lo que las convierte en personas interesantes- estudian por amor al arte, apuesto a que yo ganaría mas dinero con una sola foto que trabajando en una farmacia.

Por desgracia, quedan pocas personas que dejan de lado lo material y tratan de ser felices haciendo lo que les gusta, independientemente de que su futuro les vaya genial o mal.
Por eso,
yo me enamoro de las fotos porque las miro más que a las personas ya que pueden decirme mas cosas y no pueden defraudarme. Prefiero tumbarme en la cama escuchando de fondo un Rock and Roll y desconectar del mundo a salir de fiesta con unos amigos y encontrarme con un mundo que al fin y al cabo será destruido.


En mi opinión, es mejor salir una tarde con tus amigos, pasear sin saber a donde vais, con tu cámara de fotos, -y no hace falta que sea una Reflex ya que tus fotos no se valoran según tu cámara de fotos- y fotografiar todo aquello que mencioné al principio de este texto y que pasa desapercibido hasta que lo paras con solo apretar un botón a salir de fiesta y deambular por las calles hasta las siete de la mañana.

¿Sabéis por que nadie lleva sus cámaras a una noche de fiesta? Porque no hay nada bonito que fotografiar.
Las personas no salen a correr, los jóvenes sustituyen a sus perros por una copa de Ron con Coca-Cola, las madres no abrazan a sus hijos porque están en sus casas preocupándose por ellos, las parejas sustituyen dormir en el césped por hacer botellón o por dormir en una cama, los niños no cogen el autobús ni escuchan música con sus cascos, todos viven de repente en el mundo de todos dejando atrás su propio mundo, por lo tanto, ya no hay nada que fotografiar.







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